sábado, 25 de junio de 2011

Un día sin tí es una lucha constante

Hoy he visto como le decías a otra que le querías. No hay cosa que me duela más que ver como me dejas de querer y empiezas a regalarle tu tiempo, tus palabras, tus sonrisas y tu amor, a otra. Me miro al espejo y pienso: ¿qué tiene ella que no tenga yo? Éramos tan perfectos...Nos compenetrabamos a la perfección. Yo podía acabar tus frases, y tu las mías. Teníamos telepatía, nos leíamos el pensamiento. El dolor no entraba en nuestros planes del futuro. Pero supongo que todo se nos fué de las manos, si algún día te hice daño te pido perdón, pero sé que nunca llegaré a hacerte ni la mitad de putadas que me llegaste a hacer tú. Ojalá tubiera el valor suficiente de ir y decirte que te largues, pero me haría más daño; lo único que deseo es que vuelvas. Necesito un abrazo tuyo, y como tardes en volver, iré y te lo robaré. Si no me vuelves a hablar nunca más, me aguantaré. Pero necesito volver a abrazarte, a olerte, aunque sea la última cosa que haga contigo. Tus abrazos me ayudaban a seguir adelante, y me estoy echando para atrás sin tí.
Oscar, te quiero.

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