El tiempo pone a cada uno en su sitio

Odio la gente que solo se divierte riéndose de los demás. Detesto todos esos que se ciegan ante las virtudes, para ver solamente los defectos de la gente. Me canso de escuchar siempre las típicas tonterías y bromas hacia mi. Me canso de que siempre me repaséis de arriba a abajo más de dos veces para encontrarme algún defecto, algo para criticarme. Si tantas ganas tenéis de reír, poneros en frente del espejo, cerrad los ojos y al abrirlos y veros ahí, reíros de vuestra cara. Que por llegar, no me llegáis ni a la suela del zapato. Podéis ser mucho físicamente(o eso creéis vosotros) pero nada es más triste que vivir sin corazón. Y vosotros, a diferencia de mi, os sobran palabras inútiles y os falta inteligencia y corazón. Y que yo también sé criticar, y hacer cerrar bocas que no deberían haber sido abiertas.

Un poco de whisky, nada de fumar

Ella sujetaba una copa de whisky en la mano izquierda, y en la derecha sobresalía entre sus finos dedos un cigarrillo que se consumía mientras lloraba. Y encendía cigarrillos, y los dejaba consumir. No se los fumaba. Le gustaba contemplar todas las cosas que se pierden y se consumen mientras se espera algo que jamás llegará. Y seguía llorando, decía y aseguraba que el whisky sabe mejor si le echas unas cuantas lágrimas. Y nunca dejaba de llorar. Solo reía cuando él estaba delante, porque quería engañarle y engañarse a si misma. Fingía que era feliz sin él, pero lo que nunca dijo fue que cuando más la quiso él, fue en los sueños de ella.

Ella, tan pequeña al lado de él

Suele coger su móvil y leer miles de veces esos mensajes que él le envió. Y llora cuando lee la fecha del último mensaje que recibió y se da cuenta de que de eso ya hace demasiado tiempo. Va caminando por el mundo buscando sus ojos, y cuando consigue que sus miradas se crucen, comprueba que en su mirada ya no hay ese brillo, y que tampoco se dibuja esa tímida sonrisa en su cara cada vez que la ve. Ella quiere su amor. Él quiere que desaparezca de su vida como antes, mejor. Ella le echa de menos. Él ni siquiera la recuerda. No recuerda casi ni su nombre. Y ya hace tiempo que él olvidó lo mucho que ella acostumbraba a tardar en besarle. Ella es como el fuego que solo el agua puede apagar. Él es su agua. Sus noches y sus días. Sus sueños y sus fantasías. Él no es real. Nunca existió, solo fue un personaje creado por ella. Solo fue imaginación. O eso quiere creer esa pobre chica, que aún no entiende porque se tuvo que marchar así, sin más, sin ni siquiera darle explicaciones, con un adiós a medias, con un último beso vacío de amor.

Wait

Ella se pasaba las noches en vela esperando a que él se colara por su ventana y sin decirle nada, se metiera en su cama y mientras la besara, le dijera que su vida sin ella era una mierda. Que la desnudara suavemente, que dejara ir suspiros cerca de su cuello, y deslizara sus dedos hasta enredar-los en su pelo. Ella solo esperaba. Y cuando veía que el sol salía, le daba una última calada a su cigarrillo y entre las sábanas, le susurraba a la almohada: mañana seguro que regresará.
Pero ese mañana nunca llegó.

18 de Noviembre

Me he pasado medio año intentando descubrir porque te fuiste y yo te dejé escapar. ¿Sabes? Sé que tu ni te habrás dado cuenta, porque al fin y al cabo no dedicas ni un minuto de tu vida en pensar en mi, pero hoy hace medio año que te fuiste. Puede parecer una tontería. Si te soy sincera, lo es. Pero de todas las tonterías que hoy en día se dicen y se cometen, yo elijo las tonterías relacionadas contigo. Porque es así, siento un amor tonto hacia ti. Pero después de tantas noches en vela pensando en lo que hice mal, me he dado cuenta de que quise dejar de estar contigo cuando dejaste de enamorarme.

Es cierto, siempre me quedo mirándote fijamente, esperando a que tu mirada se cruce con la mía y puedas comprovar que aún queda un poco de esperanza en mis ojos. Que me escondo en cada esquina para verte desde lejos, que cada vez me acostumbro más a ver como te vas.

¿Quién puso la norma de que una chica no puede estar con un chico menor que ella? Que está bien visto que un chico esté con una más pequeña, y cuando una está con uno más pequeño la toman por necesitada. Siempre pensé que el amor no tiene edad, y ahora más que nunca. Que la vida te sorprende cuando ya no esperas nada de ella. Puedes intentar entender la vida, pero, ¿como la vas a entender si ni siquiera te entiendes a ti mismo? Que piensan lo que quieran, nadie me va a alejar de todo eso que me haga feliz. Nadie me quitará las ganas de reír. He aprendido a vivir con los comentarios que hacen sobre mi, he tenido que aceptar que la gente dijera cosas malas hacia mi, y ahora ya sé como cerrarle los oídos a quien no merece ser escuchado.

XV

Suena el despertador, y entre prisas y temblores, me levanto de la cama. Llego tarde, como de costumbre. ¿Algún día lograré llegar temprano a algún sitio? Me visto, me peino y cogiendo una galleta, salgo de casa. Y al salir por la puerta, recuerdo que día es hoy. Y no puedo evitar mirar si tu estás ahí, donde estabas hace 7 meses justos, esperándome.  Pero que tonta soy...¿como puedo seguir esperando a que tu vuelvas? Entro en el instituto, y te veo. Que guapo estás hoy. Y me miras, como si yo fuera una extraña. Maldita sea...¿como puedes mirarme así? Como si jamás me hubieras conocido, no es posible. ¿Donde ha quedado todo lo que vivimos? Acercate, callate, escuchame...voy a recordarte lo que pasó hace 7 meses:
Ahí estabas tú, esperándome en la puerta de mi casa. No hacía frío, tampoco calor. Me bendaste los ojos y mientras me cogías de la mano, me susurraste al oído: "confía en mi, te gustará". Y yo confié ciegamente en tí. No te equivocaste, la idea de que me guiaras por la calle a fin de llevarnos a nuestro parque era realmente maravilloso.  Esa rosa que me regalaste, que sigue colgada en la pared de mi habitación. Deberías haberme regalado una rosa cada día quince. ¿Sabes? Ese fué el mejor día de mi vida. ¿Recuerdas lo que pasó esa tarde? Los dos estirados en uno de los bancos de esa plaza. La luna encima nuestro, el mundo vacío, solo estabamos tú y yo. Yo entre tus brazos. He experimentado muchísimas cosas, pero nada es mejor que estar entre los brazos de la persona que quiero. Y luego tuvimos esa conversa que solo tú y yo sabemos. Esas palabras tan bonitas, tan originales...tan tontas. Y al fin pude decir que eras mio. Y yo era tuya. Nos convertimos en uno. 


Es increible que hayan pasado ya siete meses de ese primer beso. Pero aun es más increible que ahora, me miras como si nunca hubiera pasado nada. Después de pasar esos días juntos... Sí, es increible, tú aprendiste a vivir sin mi, no sientes nada cuando me miras y ni siquiera dedicas un minuto de tu vida en pensar en mi. Y yo sigo aquí, sin poder dejar de pensarte, sin lograr olvidarte.

Correr lejos del amor

Ahí me tenías, a 1 centímetro de tus labios, distancia suficiente para no escuchar nada más que nuestros corazones veloces latiendo al mismo tiempo. Y me besaste. Me miraste y me volviste a besar. "Siempre estaremos juntos..." me dijiste. Asentí con la cabeza porque te creí. Desconocíamos que la vida cambia en un segundo. Sabíamos que no estaríamos juntos para siempre, pero deseábamos estar mucho tiempo juntos. El tiempo suficiente para que nos diera tiempo de vivirlo todo, tú y yo. Y cerré los ojos segura de mi misma, confiando en que al abrirlos tú seguirías ahí. Pero todo pasó muy deprisa, nos soltamos de las manos y empezamos a correr en direcciones contrarias. Estaba prohibido girarnos, nada de querer dar marcha atrás. Si en un futuro nos teníamos que volver a encontrar, nos encontraríamos. Pero cada vez te ibas haciendo más pequeño en la lejanía. Lo admito, nunca dejé de mirar atrás para ver si volvías. Que más da, si estamos echos el uno para el otro y solo por eso, la vida se encargará de volvernos a unir. Pero párate a pensar un momento, recuerda todo, y verás como todo empezó mucho antes de lo que creíamos. 

O tú o nadie

Y mientras otros me aseguran que tengo algo especial y me preguntan como es que sigo sola, si según ellos tengo todo lo que cualquier chico puede desear, yo sigo aquí esperando por tí. Mientras otros me piden para quedar, y están deseando regalarme tardes de felicidad, yo sigo aquí, esperando a que decidas volver. No me arrepiento de dejar ir oportunidades, desde pequeña me enseñaron a no tener más de lo que quería, así que no entiendo el porque tengo que comer otras bocas que no tengan tu sabor, o dejarme abrazar por otros brazos que no sean los tuyos, si al fin y al cabo, por mi cabeza solo da vueltas tu nombre y mi corazón necesita amor. Pero no un amor cualquiera. Necesita tu amor.

Nuestro sueño que quedó sin terminar de soñar

Solo quisiera acercarme un poquito a ti, para preguntarte como te va todo. Me contarías que todo te va genial, y que ya no quieres saber nada de mí. Yo te diría que estoy muy bien, que sin tí estoy mejor que nunca. Pero mentiría. Insistiría en volver a empezar de nuevo. Dejemos a parte el tema del amor, que ya está muy pasado. Solo necesito hacer las paces contigo, que seamos amigos. Quiero saber que cuento contigo, no te pido que nos hagamos inseparables, aunque te aseguro que si que lo deseo. Solamente quiero dejar a parte todo eso de ser enemigos, de malas miradas que matan y de evitar cruzarnos. Sé que fuiste rápido en olvidar mi nombre, pero dime, ¿quién se refugia en el calor de tu cuerpo estos días de frío? ¿quién te hace reír de la misma manera que reías como cuando estabas conmigo? Prefiero no deprimirme, y pensar que tan solo fuiste como uno de esos sueños en los que sueles despertarte en el mejor momento. Y luego, intentas volver a dormirte para seguir viviendo ese sueño. Pero terminó. Y a pesar de todo, ningún día he dejado de intentar volver a dormirme para saber como continuaba ese sueño a tu lado. Porque aunque solo sea cosa de tontas, sigo intentando convencerme de que nada ha acabado.

Primavera contigo, otoño sin ti

Era primavera. Ahora es otoño, lo cual me recuerda a esa época. Las dos estaciones están entre el invierno y el verano. Frío y a la vez calor. Noches de lluvia, tardes con sol. Y aun siento tus caricias al mirar las estrellas, aun te siento aquí cerca. No consigo olvidar esas tardes que conseguías hacerme volar, pero sin alas. Tampoco puedo olvidar esas mañanas que solíamos perdernos entre las calles de esta ciudad, y aunque era temprano y no había ni gente en ese bar, ni tampoco jóvenes que venían de bailar, ahí estábamos tú y yo, naufragando en un mar de ilusiones, de sueños echos realidad. Y no nos importaba el resto del mundo, y nos daba igual quien no mirara o dejara de mirar. Creíamos que estábamos solos, y unidos sabíamos que teníamos el mundo bajo nuestros pies. No puedo olvidar esos pequeños detalles, como el hecho de que jamás salíamos a la calle sin cogernos de la mano. Nuestros dedos entrelazados. Nuestros cuerpos abrazados, convirtiendonos en uno. Verás, por mucho que me cueste, si te soy del todo sincera, no puedo olvidarte a ti.

Tengo un armario de botellas llenas de ilusión. Y cada noche, antes de irme a dormir, me bebo una. Y me emborracho de ilusiones. Hasta que llega un día en que acabo bomitando realidades.