domingo, 24 de abril de 2011

La niña de mis ojos




Y lo sabes, algo te va a pasar. Vas a hacer un gran cambio en tu vida y no quieres estar sola. Piensas horas y horas, ¿un amigo? Puede fallarte. Y entonces das con eso tan dulce, a veces travieso, pero fiel a sus amos. Suplicas durante días, hasta meses, poder tenerlo entre tus brazos. Y un buen día llegas, es tarde por la noche, estas cansada. Y te aparecen con una perrita. Ella duerme, y te la colocan sobre tus brazos. Y al oír su corazón latir, sientes como si el tiempo se parara. Notas su respirar, y aunque esté lejos soñando, tu le sientes más cerca de lo que nunca pudiste imaginar. Le acaricias suavemente, el miedo te invade. Es demasiado pequeña para ti, su cuerpo es débil. Y cuando la miras, aunque te cueste verla ya que las lágrimas te lo impiden, abre sus diminutos ojos. Te mira y lloras. Lloras de felicidad, y aunque vivas muchos momentos más, los primeros minutos junto a ella no te los quita nadie.
Mi pequeña Mina.

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