jueves, 21 de julio de 2011

Nadie te va a reemplazar, lo juro

Quizá no encontraré a alguien que me cante al oído esas canciones que tanto odiabas y sabías que me gustaban a mí. Nadie me esperará día tras día a las ocho de la mañana en la puerta de mi casa, y tampoco me dejará su sudadera negra un día de mucho frío. Seguramente, casi nadie se quedará conmigo una tarde bajo la lluvia solo para besarme y hacerme reír, y tampoco me cuidará cuando me encuentre mal. Es imposible encontrar a alguien con tus mismos ojos y el mismo pelo rubio que tanto te llegué a tocar. Nadie tendrá tu boca sabor a melocotón, ni tus grandes manos que en esos días nunca llegaron a soltar las mías. Segurísimo que nadie se reirá de las mías tonterías y estupideces que yo, ni hablará con los perros que hay por la calle como solíamos hacer nosotros. No me elevará al cielo con un beso, ni verá toda una serie de televisión solo por capricho mío. Nunca encontraré a alguien que se pase horas y horas escuchándome hablar sin cansarse de mis historias, ni de mi voz.
Quizá no desee encontrar a nadie como tú, ni tan solo que se parezca. Pero por mala suerte, hay chicos que harían algunas de estas cosas. Pero si de algo estoy segura, es que son a estos a los que no voy a querer. Voy a querer a quien me sorprenda igual que lo hiciste tu, pero de manera diferente.


Tu eres la imperfección que en mi cabeza convierto en perfección. Tu eres ese amor que por mucho tiempo que pase, nunca se apaga.

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