domingo, 2 de octubre de 2011

Como la vida misma

Aprendí muchas cosas. Aprendí que las lágrimas no podian hacer que alguien que habia dejado de quererte te volviera a querer. Que a veces, no importa lo mucho que grites porque hay personas que se niegan a escucharte y que un dia decidieron quedarse sordos ante tu voz. Es sorprendente como dos personas que se llegaron a amar tanto acaban siendo como dos desconocidos. Ahora, se dice "te quiero" como quien dice "hola", y los besos se regalan. Vivimos con el miedo continuo del "que dirán", y dejamos de hacer cosas por los demás. Me he cansado del pasado. Quiero vivir, ahora.

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