lunes, 6 de febrero de 2012

Durmiendo con tu ausencia

Cerré los ojos. Apreté mi cara contra la almohada y suspiré. No quería abrir los ojos, porque sabía que si los abría, empezaría la guerra de mi orgullo contra mis lágrimas. Pero entonces, sonó esa canción. Y recordé todos esos días en los que me la solías cantar cada vez que el sol se ponía. Y te volví a recordar. Apagué la luz para disimular mis lágrimas. No estaba sola, la soledad me acompañaba. Hacía tanto tiempo que no me dormía echándote de menos, que hasta me asusté.  Eso de desear volver a estar entre tus brazos ya estaba muy pasado. "No le echo de menos...no le echo de menos...no le echo de menos...no..." Y me dormí abrazada al engaño.



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