martes, 20 de diciembre de 2011

Querer sin querer

Ella adoraba todo lo que tenía que ver con él. El hecho de estar enamorada la atontaba más de lo que ya era. Adoraba pasar noches en vela llorando y deseando que él la llamara. Adoraba ese escalofrío que le corría por el cuerpo cada vez que se cruzaban. No podía evitar sonreír cada vez que le veía reír. Y es que él nunca fue de reír mucho. Solo cuando estaba con ella. Pero el problema era que ya no estaban juntos. Que el amor y el aprecio que se sentían mutuamente, ya no estaba. Era una historia más de esas miles historias que siempre acaban mal. Y ellos lo sabían. Sabían que había sido una historia preciosa, de esas que podrías explicar a cualquier persona, y siempre emocionaría. Y la verdad es que se conocieron por casualidad. Ni siquiera se buscaban. Fue un golpe del destino. 
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