miércoles, 7 de diciembre de 2011

Un adiós a medias

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Se miraron, y se hizo un largo silencio. Él la cogió de las manos, y mientras ella lo observaba, se abrazaron. En la cara de ella se dibujó una sonrisa cansada. La última sonrisa que iba a soltar por él. Sabía que esa era la última vez que estaría entre sus brazos, pero no tuvo miedo. En ese momento, el único sentimiento que podía sentir era amor. Estaba segura de que después de eso, le quedaban muchos días llorando y arrepentiéndose de haberle dejado marchar así, sin más, sin decirle algo del estilo "por favor, quédate" o sin haber intentado solucionar todo eso que los separaba. Pero ése, solo ése era el único momento en que podían darle otra oportunidad al amor. Solo así, separados por algo que nisiquiera ellos sabían lo que era, podían comprobar si sobrevivirían separados. Era el momento de encontrar a otro que la amara, la respetara y volviera a hacerle sentir ese cosquilleo. Era el momento de que llegara otro que le volviera a hacer sentir amor. Pero ella sabía que nadie iba a ser como él

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