domingo, 1 de abril de 2012

Sonrisas olvidadas en un cajón sin llave

Te acuestas una noche y te pones a recordar. Recuerdas todas las lágrimas que fueron derramadas sobre ese mismo cojín, todas las noches en que te perdiste entre esas mismas sábanas, intentando esconder tu dolor. Y le recuerdas a él. Empiezas a contar todas las sonrisas que te debe; "noveinta y tres sonrisas por cada vez que me miró de reojo, sin saber que yo también le miraba. Treinta sonrisas por cada vez que habló de mí a mis espaldas. Diez sonrisas por todas esas veces que me gritó. Y por cada día que ya no está conmigo, 319 sonrisas." Y sigues recordando, recuerdas el por qué se fue. Y te das cuenta de que no se marchó por culpa de la distancia, tampoco necesitabais tiempo. Se fue por culpa de su orgullo, tú fuiste esclava de tus "te quieros" y él acabó siendo esclavo de sus silencios. Él llenó todo de vacíos, y siempre se iba diciendo "tranquila, algún día alguien llenará el enorme vacío que te dejo al irme y no volver jamás".



1 comentario:

  1. Hace unos dias descubri tu blog, y la verdad que ya me lo lei ENTERO. Sos una genia, y me siento muy identificada con la mayoria de las entradas. He puesto algunas en mi blog, pero mas vale que aclaré que eran tuyas y hasta puse el enlace de tu blog para que quede claro. Un beso linda!

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