martes, 17 de abril de 2012

Abril

"Debes saber que sigo enfadada contigo. Sí, nunca pude pasar por alto el hecho de que me abandonaras con el corazón latiendo por tí. Te quedaste sordo ante mis palabras, y yo te gritaba, gritaba tu nombre en calles donde no había luz, me perdía en ciudades escasas de sonrisas, y sólo deseaba encontrarte. Debo admitir que conseguiste que odiara el mes de abril mucho más de lo que se puede llegar a odiar a alguien. Odio este mes más de lo que te odio a tí. El frío me abraza, y no lo haría si tu siguieras aquí abrazándome. Pero han pasado ya 365 días desde que todo empezó, y durante estos días he tenido que ir haciéndome fuerte, los días me han ido haciendo más valiente y aprendí a vivir sin tus sonrisas a las 8 de la mañana. Y me arrepiento de no haber memorizado momentos y escenas a tu lado, porque a día de hoy ya tengo casi todo olvidado. Solo permanece intacto en mi memoria ése último beso que me diste antes de desaparecer corriendo escaleras abajo, con promesas que se quedaron flotando en el aire esperando a ser cumplidas. Soy una chica echa de recuerdos, vivo de éso, del recordar. De recordar ésa despedida tan forzada y obligada por los que nos rodeaban, y si te soy sincera, nunca me han gustado las despedidas. Odio éso de tener que decir adiós a quién quisiera decirle hasta pronto. Y mientras lleno esto de palabras sin sentido, las lágrimas se me acumulan en la garganta y a la vez me sale una pequeña carcajada. Y río. Río al darme cuenta de que esos recuerdos que creía haber tirado lejos y haber olvidado, han vuelto hacia mí. Y se han vuelto a meter dentro de mí sin permiso. Y vuelvo a reír cuando me doy cuenta de que fuí yo quién rompió nuestra historia de amor, quién te susurró al oído que no habría segunda parte, quién a día de hoy aún te echa de menos. No sé, quizá todo este comportamiento de bipolaridad me pasa al darme cuenta de que he olvidado ésa 'yo' que era contigo, y no reconozco en lo que te has convertido. Pero supongo que ésa primavera nunca fué nuestra, que quizá todo lo que vivimos pasó a ser nada, solo fueron miles de besos torpes y palabras que salían de la voz de nuestros corazones. Y me sorprende la manera en que ahora nos cruzamos y no somos capaces de mirarnos a la cara, por miedo a que podamos leer el amor caducado que aún corre por nuestros ojos cada vez que nuestras miradas se cruzan. Y vuelvo a recordar. Recuerdo la primera noche en que intercanviamos unas cuantas palabras, quizá demasiado sinceras para ser la primera vez que hablábamos. Y esa noche me sentía capaz de todo; capaz de volar, de tocar y atrapar cualquier estrella, capaz de enamorarte. Enamorarte a tí, el chico de la sonrisa tímida y los ojos color chocolate negro. Y lo conseguí. Conseguí que mis dedos rozaran los tuyos cuando sabíamos bien poco el uno del otro, conseguí saber a que caramelo sabían tus labios y descubrí que estilo de película eras. Y eras un drama de arriba a abajo, siempre exagerando hasta lo más pequeño, siempre queriendo hacer de lo sencillo algo realmente inolvidable, convirtiendo los lunes en viernes, las tardes en noches y las lágrimas en sonrisas. Pero todo éso ya no está. El chico que yo conocí hace un año se lo han llevado las lluvias y los soplos de viento que han habido desde entonces. Y lo cierto es que ya no estás. Que empiezo a dudar de si algún día estuviste".

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