Parece que fuera ayer cuando me prometiste amor eterno. Parece que fuera ayer cuando me rompiste el alma y me abandonaste, destrozando mis ilusiones. Y cada vez hay menos razones para odiarte y aun menos para amarte. Juré no rendirme nunca por lo que quería y aquí me ves, luchando por tu amor aunque ahora ya casi no queden ni cenizas de ese fuego que encendimos hace tiempo. Y mírame, sigo aquí como una tonta esperando a volver a encender otro fuego mejor, a tu lado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario